La Cicuta
Omar castro (La Paz, Baja California Sur, 1995) Es profesor normalista desde 1974, profesión que ha combinado con el periodismo, las tareas sindicales y la militancia política. Entre 1999 y 2011 se desempeñó en diferentes cargos públicos, como Director del Centro Regional de Educación Normal de Loreto, B.C.S., Director General del IEEA de B.C.S., Presidente Estatal del PRD en B.C.S., Director de Profesiones, Educación Media Superior y Supervisor de la SEP estatal, y Secretario de Educación Pública de B.C.S... Actualmente es docente en Educación Superior.
Ha obtenido premios de cuento en La Paz, Santa Rosalía y Todos Santos. Es autor de los libros Porque nos asiste la razón… (1990); Este desierto que llamamos mar (1992) con Victor Meza y Florentino Ortega; Días de Sol, La Lucha Magisterial en B.C.S. (1995); Cuando se seca la raíz y otros cuentos (1998); los últimos días del General (2003); Pueblo de madera y otros relatos (2006); y el Retorno de la hoguera (2010).
La Deontología del Abogado
Un problema creciente de la sociedad mexicana hoy en día, es el deficiente servicio profesional que presentan los abogados. El ejercicio de la abogacía ha estado caracterizado por la corrupción, le falta conciencia y profesionalidad, negligencia, irresponsabilidad e incluso, por la creencia generalizada de muchos abogados, que su profesión es algo así como un negocio. Esto ha debilitado el papel y la función del derecho como fuente de justicia y bienestar social.
Este libro trata de combatir este problema, pues da a conocer y remarcar, que el ejercicio de la abogacía debe de ajustarse a un conjunto de deberes éticos, morales y jurídicos, que son estudiados por la Deontología del Abogado. Esos deberes imponen al profesional del derecho la obligación de ejercer su profesión teniendo entre otras directrices la honradez, la probidad, la diligencia, la libertad, la independencia, la discreción, la reserva, la eficiencia, la colegialidad y un conocimiento jurídico de alta calidad científica. la abogacía es antes que todo, un ministerio, no una actividad en la cual privilegie el lucro personal de quien ejerce profesionalmente el derecho.
La obra aporta adicionalmente, un estudio comparado entre la regulación normativa de naturaleza deontología que se ha hecho en México, Venezuela y la Comunidad Económica Europea. Ello con el fin de demostrar sus coincidencias y divergencias normativas, así como de brindar al lector una visión del reconocimiento e importancia que tiene la Deontología del Abogado en el mundo globalizado.
La docencia y la deontología del abogado van de la mano, porque será en el aula universitaria en donde se forme al profesional del derecho. A ello se debe que el libro aporte material relacionado a esta temática, incluso, programas de estudio de la Deontología del Abogado.
Por si fuera poco lo anterior, el autor realiza tres propuestas, que están encaminadas a contribuir en la solución del problema de la deficiencia deontológica que se presenta en el ejercicio de las profesiones liberales.
De lo detallado y descrito, se está en condiciones de afirmar, que éste libro sobresale de entre los que hasta ahora se han escrito sobre Deontología del Abogado, pues no sólo limita sus análisis al plano teórico o práctico de la Deontología del Abogado, si no también al docente. Ampliando su área de estudio a diversas propuestas encaminadas a la solución del problema deontológico en la abogacía.